miércoles, diciembre 27

Elpe Pinillo

Dentro de mi proceso de vuelta a la infancia y olvido del presente, recordé hace poco cuando iba la feria de mi pueblo y me dedicaba a ganarme una banderilla con aquellas escopetas desvencijadas.
El primer tiro era de afinación: apuntabas a cualquier parte y calculabas la desviación media, la mediana y la varianza. Después venía el tiro de verdad, apuntando tres metros a la derecha del objetivo. Esté era el momento en que apuntabas al medio del pecho del dueño de la caseta que protagonizaba el chiste políticamente incorrecto del bwanamino.

Es un misterio como teniendo el buen hombre el punto de la mira laser (ja) en mitad de las pelambreras pectorales se acababa rompiendo el palillo del pepinillo.

Que buen estómago se tiene a los 14 años.

No hay comentarios: