La escatológica.
Entre las cuchufletas más o menos infantiles no podía faltar el cacapedoculopis, la segunda causa de risa en España después del tetaculopene, intercalados en alguna ocasión con alguien dandose un guarrazo y dejándose los piños.
Sin más preámbulos la obra:
¿Señor conde que queréis ca'gamos
con los presos ca'garramos?
¡Ca'galeras los mandéis!
¿Ca'galeras, señor conde?
Vos sabéis bien lo ca'ceis?
Se lo cago y cago bien.
Regocijo infantil garantizado. Esta es recitada, no tiene música (aunque se podría interpretar a los bellos acordes del lago de los cisnes).
lunes, abril 16
Cuchufletas (II)
En la línea sublime de Cuchufletas (I) (ver más abajo), está la que acabo de recordar. Dice así:
Trabajando en una mina de escabeche
una piedra muy grandota se cayó
de veinticinco que estaban trabajando
solo quedamos veintitrés mi padre y yo.
En esta mano tenemos cinco dedos
y en la otra llevamos tres y dos
la barriga la tenemos por delante
y la espalda la tenemos como tos.
(Alta literatura, como puede verse, pero inédita en Internet según parece, lo cual no es poco).
Trabajando en una mina de escabeche
una piedra muy grandota se cayó
de veinticinco que estaban trabajando
solo quedamos veintitrés mi padre y yo.
En esta mano tenemos cinco dedos
y en la otra llevamos tres y dos
la barriga la tenemos por delante
y la espalda la tenemos como tos.
(Alta literatura, como puede verse, pero inédita en Internet según parece, lo cual no es poco).
Quevedo: A un pastelero
El otro día a propósito de algún aniversario de Quevedo, me acordé de su soneto al narigudo y la oda al pastelero que me aprendí de pequeño y mi memoria le atribuye. Las busqué y no aparecían resultados en Google de la oda. Así que dejo aquí lo que recuerdo de ella:
Y sábese por cierto
que en su tiempo
no hubo perro muerto
rocines, monas
gatos moscas pieles
que no hayasen posada
en sus pasteles
Los que comían
después desenterraban
Y el hacíendolos
fue sepulturero.
Y sábese por cierto
que en su tiempo
no hubo perro muerto
rocines, monas
gatos moscas pieles
que no hayasen posada
en sus pasteles
Los que comían
después desenterraban
Y el hacíendolos
fue sepulturero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)